“Compré una Volvo V60 y fui a retirarla en la fábrica de Suecia: ¡gratis!"

2022-12-07 15:11:50 By : Ms. Berry Xie

Gabriela Rodríguez López y su marido Wence son dos argentinos que viven desde hace más de cuatro años en Houston (Texas, Estados Unidos). Antes estuvieron otros cuatro años en Calgary (Alberta, Canadá). “Nuestro derrotero por el mundo sigue un poco la ruta del aprovisionamiento de productos y servicios al mundo petrolero”, le contaron a Motor1 Argentina. “Es básicamente una historia de extremos: de los -35°C del invierno canadiense a los +40°C del verano de Texas”, agregaron.

Pero en esta nota no van a hablar de petróleo ni de climas extremos. O más bien sí. En el texto que se reproduce a continuación, cuentan su experiencia con el “Overseas Delivery”, un servicio poco conocido de la automotriz sueca Volvo.

La idea consiste en viajar a la fábrica de Gotemburgo para retirar tu auto en persona y aprovechar la ocasión para tomarte unas vacaciones por las rutas de Europa. Gran parte de los costos son pagados por Volvo USA.

Es un servicio que no está disponible en Argentina, pero el entretenido relato de Gabriela merece ser leído.

La experiencia de retirar tu auto en la fábrica de Volvo, en Suecia

Texto y fotos de Gabriela Rodríguez López

“¿Y te llevan a buscar tu auto a la fábrica? ¿A Suecia? ¿Y no te cobran extra?” Así le volvíamos a preguntar a nuestro amigo Mariano, durante una cena a fines del 2019, sobre el programa Overseas Delivery de Volvo para Norteamérica. Todo era demasiado bueno para ser real, pero Mariano es curioso por naturaleza y si nos estaba contando eso, confiábamos en que la historia venía en serio.

Con Wence, mi marido, hacía un tiempo que soñábamos con una V60 (leer más). Para muchos de los que pasamos los 40, las rurales fueron parte de nuestra vida, de muchos amigos arriba del auto, de viajes familiares cargados al máximo con portaequipaje incluido. La funcionalidad de una SUV, pero con la sensación de manejar un auto y más fácil de acceder al techo (¡ni qué hablar de lo linda que es!).

Además, Volvo siempre fue sinónimo de seguridad por todos lados y como Wence está mucho en las rutas de Texas, era un plus no menor. La V60 era todo eso y más, como por ejemplo 4WD para poder entrar a la playa.

Pero llegó el 2020 y con él el virus, la pandemia y el cierre del mundo. Así que el "Plan Suecia” se postergaba indefinidamente.

En enero de 2022 y con un mundo que parecía volver a abrirse en los meses siguientes, nos acercamos al concesionario de Volvo al Oeste de Houston, Texas. Efectivamente, el Programa Overseas Delivery estaba corriendo nuevamente, así que decidimos embarcarnos en la aventura y encargamos nuestra V60.

Ese era el primer paso: configurar el auto con todos sus detalles y adicionales, confirmar la compra con una pequeña reserva no reembolsable y que el concesionario pusiera la orden de fabricación en Gotemburgo. La confirmación de la orden por parte de Suecia ya daba una fecha de entrega del auto: 7 de junio de 2022.

Con una fecha certera, el segundo paso era organizar el viaje, algo que se hace aproximadamente dos meses antes de la fecha de entrega del auto. Volvo se hizo cargo de los dos pasajes ida y vuelta a Gotemburgo, sede central de Volvo en Suecia, con dos noches de hotel. El auto se entrega en la fábrica, registrado y con hasta 15 días de seguro para poder manejarlo por Europa. Se puede devolver en Gotemburgo o en diversos puntos de Europa determinados por Volvo, para que recién entonces sea embarcado a Estados Unidos.

Finalmente, un mes antes de la entrega del auto, se finalizaron las formalidades en la concesionaria local en Texas, como completar el pago del auto (que en el caso del “Overseas Delivery” tiene un descuento del 8% sobre el precio de lista) y la gestión de patentes, entre otros.

El retiro del auto en Gotemburgo terminó siendo parte de dos semanas de vacaciones en el Norte de Europa. Por nuestras agendas laborales, tuvimos que viajar una semana antes de la fecha de entrega. Como en Suecia ya habíamos estado, la primera semana recorrimos tres rutas escénicas del Norte de Noruega (Senja, Andøya y Lofoten), allá casi a la altura del Círculo Ártico, donde los días en verano no terminan nunca. Noruega tiene una de las redes de rutas escénicas (18 en total) más lindas del mundo.

La segunda semana llegaría la verdadera aventura: manejar nuestro auto por Europa. A Suecia llegamos en tren desde Oslo. Gotemburgo es la segunda ciudad más grande del país, luego de Estocolmo. Está ubicada en la costa Oeste y su puerto es el más grande de la región nórdica.

El día de la entrega nos pasaron a buscar por el hotel (en un Volvo, por supuesto) para llevarnos al “Factory Delivery Centre”, a unos 20 minutos al Oeste del centro de Gotemburgo.

Ese martes tenían nueve entregas de autos a lo largo del día y dos visitas a plantas para los nuevos propietarios. Puntualmente, a las 9:30 de la mañana, llegamos al “Factory Delivery Centre”. Después de firmar los papeles y tener un momento fika (una institución en Suecia, el momento del café con una especie de factura de canela), nos entregaron nuestra rural V60.

Entre la entrega del auto y la visita a la fábrica, aprovechamos para recorrer el Volvo Museum, que se encuentra a 10 minutos del Delivery Centre. Cuando preguntamos cómo ir hasta el Museo, esbozaron una sonrisa respetuosa y nos señalaron nuestro nuevo auto (una sensación muy rara).

El Museo es impresionante, no sólo por la colección de autos que tiene, sino también por la forma de contar la historia de la marca.

La seguridad tiene un gran espacio a lo largo del recorrido, resaltando cómo Volvo fue pionero en muchos aspectos que luego se hicieron comunes en toda la industria, como el cinturón de seguridad de tres puntos, la sillita de chicos mirando para atrás o el airbag lateral.

Después de recorrer el Museo, regresamos al “Factory Delivery Centre” para almorzar -por invitación de Volvo- y luego hacer el recorrido de la fábrica. La planta tiene todos sus procesos de producción integrados: recibe bobinas de acero y despacha autos terminados. Volvo tiene un concepto híbrido de automatización, en el que conviven por un lado robots de última generación autopropulsados, que transportan partes hasta la línea, para garantizar los stocks a pie de máquina. Y, por otro, las tareas manuales de los operarios, para garantizar la calidad en los detalles. Ni hablar de la tecnología que manejan los robots que van ensamblando los autos. La estación adonde se ensamblan las carrocerías tiene ocho robots trabajando a la vez de manera sincrónica: es una planta realmente digna de ver.

Una vez que terminó la visita, empezó la segunda etapa del viaje con nuestro propio auto, el cual unos meses más tarde desembarcaría rumbo a Houston. Fue una experiencia espectacular que nos permitió disfrutarlo y recorrer 1.500 kilómetros entre Suecia, Dinamarca y Alemania. Nada mejor que probar el nuevo auto en las Autobahns, sin límite de velocidad. Es realmente impactante ver cómo el tráfico fluye con la velocidad máxima oscilando entre 80 km/h (al pasar cerca de pueblos o ciudades), y velocidad ilimitada en los tramos de campo abierto, con infinidad de variaciones a lo largo de un par de cientos de kilómetros. Uno creería que, con esas variaciones, el tránsito se tornaría caótico, pero no es así. Todo el mundo respeta absolutamente todas las indicaciones. Eso hace que cuando se circula a 180 km/h por el carril de la derecha y te sobrepasen por la izquierda a más de 200 km/h -en una autopista de dos carriles-, uno se sienta absolutamente seguro (leer más).

La sensación de conducción del Volvo en esas condiciones fue un placer. A pesar de tener un despeje adicional de un par de centímetros (por ser una versión Cross Country) se puede sentir cómo el auto se agarra en las curvas con una agilidad que brinda la sensación de estar en un auto deportivo. El motor de cuatro cilindros turbocharged ofrece una potencia de 250 HP, que le da al auto una reacción muy impresionante en casi cualquier régimen de vueltas. Todo esto sumado a las características de seguridad que ofrece Volvo, hicieron que la experiencia de manejo fuera única.

La llegada a Berlín nos hizo volver a tomar conciencia de lo raro de estar manejando nuestro propio auto en Europa. Alrededor de 100 kilómetros antes de llegar a la capital alemana, Google Maps nos empezó a indicar la restricción de acceso que tiene Berlín. Los autos deben contar con un sticker que garantiza el nivel de emisiones. Obviamente, nuestra V60 -recién salida de fábrica- no lo tenía. Por suerte, el proceso de conseguir el sticker fue relativamente fácil: solo tuvimos que parar en dos talleres de las afueras de Berlín en los que nadie hablaba inglés y hacernos entender a través señas.

Después de varios días de disfrutar la V60, la dejamos en Frankfurt, donde la embarcarían para Houston. Tres meses más tarde, la V60 andaba por la Interestatal 10, con patente texana, portapatente de “Factory Delivery, Sweden”, y el sticker de acceso a Berlín.

Y sí, lo podemos confirmar: Volvo te lleva a Suecia a buscar tu auto desde Estados Unidos. Toda una gran experiencia que nos ha dado infinidad de anécdotas para contar (y entusiasmar a alguno que otro).

La Volvo V60 de Gabriela Rodríguez López y Wence, al momento de la entrega en Suecia y antes de iniciar el viaje por el Norte de Europa. Mirá la galería de fotos acá abajo.