¿Te has preguntado alguna vez cómo funciona el aire acondicionado de tu coche? Sin entrar en detalles técnicos, se puede resumir con que es sistema compuesto por una serie de elementos que, sincronizados entre sí, hacen que la temperatura en el interior de habitáculo sea notablemente inferior a la que hay en el exterior en tiempo caluroso.

Uno de dichos elementos, y de los más importantes, es un gas refrigerante; no en vano, es el ‘culpable’ del aire frío. Se trata de un fluido dentro de un circuito cerrado, que cambia su estado de gaseoso a líquido mediante presión.

No obstante, el gas refrigerante se deteriora y es necesario reemplazarlo, y también pueden existir fugas. Como norma general, se recomienda su sustitución cada dos años, si bien puedes encontrar coches con varios lustros en los que nunca ha sido cambiado… y funciona como el primer día.

El sistema de aire acondicionado tiene un mantenimiento sencillo y sobre todo hay que vigilar y observar los síntomas anteriores. Si dudamos de si la temperatura que sale por los difusores es la correcta, tenemos un método para comprobarlo muy sencillo y eficaz.

Para ello, colocaremos colgado entre los dos asientos delanteros un termómetro a ser posible de los que se utilizan en exteriores y a continuación marcaremos en el climatizador la temperatura deseada.

Cerramos las puertas y pasados 15 minutos comprobamos la temperatura que marca el termómetro y si corresponde con la que hemos marcado en los mandos, descartaremos que el sistema está mal o tiene un problema. Si después de realizar las comprobaciones seguimos sin tener aire frio, deberemos ir al taller para su reparación o su recarga simplemente.